Research article
Las raíces ideológicas del desarrollismo argentino: la originalidad de Rogelio Frigerio
The ideological sources of Argentinean Developmentalism: Rogelio Frigerio's originality
Cerra, Angel ⓘ
Facultad de Ciencias Económicas – Universidad de Buenos Aires
Resumen
Actualmente se ha revitalizado la discusión sobre las ideas desarrollistas y su posible aplicación en la República Argentina y otros países emergentes. En este contexto, resulta necesario esclarecer el verdadero carácter del desarrollismo argentino para lograr una comprensión cabal de su ideario y facilitar su utilización en el presente. Para este abordaje se recurrió a la metodología derivada de la Historia de las Ideas, buscando la inteligibilidad del proceso de gestación y consolidación del corpus desarrollista. Se prefirió la indagación de los vínculos intelectuales, por sobre los condicionantes políticos o socio – económicos, dado el vacío existente para el primer enfoque. El resultado de la investigación señala la autonomía en el proceso de gestación de las ideas desarrollistas, a pesar de la coincidencia con otros discursos similares provenientes de la CEPAL y de los teóricos del desarrollo. El desarrollismo argentino abreva en otras fuentes anteriores, tales como el pensamiento de Alejandro Bunge, el revisionismo histórico de Julio Irazusta y los modelos presentados por las economías soviética y estadounidense.
Abstract
The discussion about desarrollista ideas and its application in Argentina, among other emerging countries, has been revitalized nowdays. Within this context, it is necessary to clear up the true nature of the Argentinean Developmentalism in order to comprehend its principles and to make easier its application to the present situation. For this approach, we have resort to a methology derived from History of the Ideas, in search for some intelligibility of the desarrollista corpus' development and consolidation. We have prefered studing intellectual links instead of political or socio-economical conditioning factors, since there is an emptiness of the former approach. The results show us an autonomy in the evolution of desarrollista ideas despite the coincidence with other similar speeches, like the one presented by CEPAL and development's theorists. The Argentinean Developmentalism has another sources, previous sources, like Alejandro Bunge's thought, Julio Irazusta's historical revisionism and the models exhibited by Soviet and American economies.
Palabras Clave:
Desarrollo económico, Historia, Ideología
Keyword:
History, Ideology,
Introducción
Los escenarios provocados por las crisis económicas padecidas por nuestro país hacia finales del siglo pasado y principios del presente, han puesto entre paréntesis los postulados de la economía neoliberal y obligado a la adopción de instrumentos más activos de intervención estatal. Dadas las carencias demostradas por los mecanismos de mercado, no solo para satisfacer los requerimientos de justicia en la distribución del ingreso, sino también para el simple funcionamiento del aparato productivo, se ha buscado soluciones tildadas como heterodoxas, tales como el keynesianismo y el desarrollismo. Éste último se presenta como sustento de buena parte de las decisiones económicas asumidas en Argentina en la última década, aún sin aplicarse de manera sistemática.
El conocimiento actual sobre el tema presenta lagunas de significación. Ha recibido examen concienzudo la práctica económica del desarrollismo argentino (Gerchunoff P. y Llach, L. 1997); (Ferrer A. y Rougier,M. 2008) pero el examen de las ideas ha sido relegado y habitualmente se presenta un breve resumen superficial. En el ámbito de las relaciones internacionales, el tratamiento ha sido similar, explicándose el proceso en términos de interés nacional o de interdependencia (Lanús, A., 1986) (Escudé C. y Cisneros, A., 2000) Entre aquellos que se han interesado por el pensamiento desarrollista señalamos la heterogeneidad en los instrumentos y calidades de la producción (Vercesi, 1999) (Altamirano 1998) pudiendo afirmarse preliminarmente que la tarea se encuentra incompleta. No existe una arena de debate consolidada.
Por ese motivo resultaba necesario el examen de las ideas desarrollistas tal como se manifestaron en nuestro país. Rogelio Frigerio y Arturo Frondizi, han sido presentados como los padres del desarrollismo y su corta experiencia de gobierno es objeto de discusiones entre los historiadores de la economía.
En este artículo, se sostiene la primacía intelectual de Rogelio Frigerio – en tanto Frondizi permanece como el actor político por excelencia – y la autonomía en la gestación del ideario desarrollista argentino, respecto de la CEPAL y de otros teóricos del desarrollo como Albert Hirchsman, Ragmar Nurske y Gunnar Myrdal.
Metodología
La metodología utilizada en el artículo pertenece a la Historia de las Ideas. Éstas tienen un potencial explicativo fundamental en la definición de las políticas económicas, no se encuentran determinadas mecánicamente por la estructura material y constituyen lo verdaderamente histórico: aleatorio, cambiante y contradictorio. Aquí procuramos buscar una matriz de ideas que permita explicar al desarrollismo argentino y cuáles fueron las filiaciones intelectuales que marcaron el pensamiento de Rogelio Frigerio. Este recorte de la realidad – la realidad de las ideas - parecería arbitrario. Sin embargo, considero que posee fuerza explicativa relativamente autónoma. El conjunto de sus relaciones integran una estructura (construida por mí) inteligible por sí, que responde al concepto de campo postulado por P. Bordieu.
No desconozco que otros aspectos de la historia forman parte de la explicación del problema del desarrollo en nuestro país: la dotación de recursos naturales, la estructura productiva, el accionar de empresas y sindicatos, el rol de la burocracia estatal. Sin embargo, examinar la evolución de las ideas y su transformación eventual en ideologías abre nuevos interrogantes.
El tratamiento de las ideas que se postula debe mucho al inigualable -pero digno de imitación- trabajo de Robert Nisbet (Nisbet 1976). Más allá de las diferentes estrategias para su abordaje (por idea, escuela o biografía) lo cierto es que las ideas evolucionan de manera relativamente independiente, en un diálogo que cada intelectual tiene con otros pensadores que lo precedieron y que lo acompañan.
La conformación de un tipo particular de raciocinio no está determinada; tampoco su generación y evolución futura. En ciertas ocasiones estas ideas no son operativas sobre otros aspectos de la vida social, económica y política. Aún siendo claramente dis – funcionales, siguen existiendo, constituyendo una reserva de pensamiento latente: sólo es necesaria la presencia de un nuevo intelectual que la redescubra.
Estas ideas pueden permanecer en el plano de la especulación o transformarse en ideologías. ¿Cuál es método más adecuado para el análisis de la difusión de las ideas y su impacto social mediante la transformación en sistemas de creencias? En este sentido suscribimos la hipótesis de Sartori, afirmando que los sistemas de creencias descienden desde la élite hacia el público-masivo y que en ese camino sufren un recorte que los transforma en palancas de acción, es decir en ideologías (Sartori, 1999). Podríamos agregar también que hay ideas o creencias que no trascienden prácticamente el espacio intelectual o que en su difusión sólo afectan a grupos minoritarios - y poderosos-.
Por ese motivo, al examinar este aspecto de la difusión de las ideas, es necesario relevar: a) La articulación del pensador o pensadores involucrados con otros espacios académicos, políticos o empresariales b) La presencia de divulgadores especializados de la nueva verdad revelada c) Su impacto sobre las élites que se corresponden con los espacios arriba mencionados d) Su eventual llegada a la masa, transformada en ideología y las mutilaciones sufridas para su conversión en herramientas de acción. En el caso del presente artículo, nos limitaremos a examinar el primer apartado, para poder profundizar el análisis.
La originalidad del pensamiento de Rogelio Frigerio: su relación con los teóricos del desarrollo
En artículos anteriores, ha abordado el tema de las raíces inspiradoras del desarrollismo. Destaqué que el supuesto método de análisis marxista aplicado por Frigerio, no era otra cosa que una versión de la revisión elaboradas por el Partido Comunista Argentino, más cercana al evolucionismo decimonónico que al pensamiento original de Marx y muy alejada de la dialéctica hegeliana que el propio padre del desarrollismo invoca (Cerra, 2003b). La aplicación del "método' marxista al análisis de la historia argentina, más allá de las frecuentes apelaciones al carácter necesario u objetivo de los acontecimientos, mezcla los motivos del revisionismo de Irazusta con un permanente combate clasista que excluye sistemáticamente el papel de los sectores marginados (Cerra, 2002).Finalmente, he destacado la influencia del pensamiento de Alejandro Bunge en temas tales como la necesidad de no medir la oportunidad de industrializar en términos de costos inmediatos, la perentoriedad del crecimiento regional equilibrado, la existencia de etapas de desarrollo lineales y la primacía del desarrollo nacional sobre la construcción de mercados regionales en el Cono sur (Cerra y Yazbek, 2008).
En esta oportunidad, la indagación se dirige a descubrir en qué medida podemos ubicar al ideario frigerista en el contexto contemporáneo de la formación de la Teoría del Desarrollo en Europa Occidental y América Latina. La bibliografía sobre el particular, tiende a destacar dos puntos de partida distintos en la reformulación de la teoría económica que involucra de manera especial el tema del desarrollo, aunque, por cierto, la preocupación por el crecimiento en genera! estaba presente tanto en los fisiócratas como en Adam Smith. Así, algunos identifican el disparo de partida con la enunciación del Punto IV del discurso del presidente Truman y toda su secuela de los años 50' y 60' (Esteva, 1996). Otros, buscan las raíces de la discusión en la ruptura del paradigma neoclásico que acompañó al crack del 29. El keynesianismo en el plano teórico y el New Deal en la práctica brindan distintas justificaciones al intervencionismo estatal.
Podemos agregar, que la desconfianza en los mecanismos del mercado como reguladores espontáneos del bienestar general es anterior, sus orígenes, heterogéneos, y en algunos casos, de difícil clasificación. De esa manera, nos encontramos que ya en el siglo XIX, tanto List en Alemania como Carey y Patten en EEUU, descreían del postulado ricardiano de los beneficios mutuos del librecambio. Joseph Schumpeter complementa la acción de la mano invisible con los empresarios, innovadores en su definición y culpables del progreso económico. En zonas periféricas, los canadienses Innis y Mackintosh plantean el carácter distintivo de las nuevas sociedades basadas en los staples y Alejandro Bunge, reflota el proteccionismo de List en clave periférica (Lucchini, 1999) En Europa, el rumano Mainolescu, defiende la necesidad de la industrialización destacando la mayor productividad de la manufactura y Perroux analiza críticamente el rol de los monopolios (Love, 1996)
Necesitamos incorporar las disidencias provenientes del otro mundo que se estaba consolidando bajo la tutela del comunismo. Tanto el examen de los monopolios y del intercambio desigual de Lenin, como los análisis de sus epígonos - menores - del PCUS informaban lentamente el debate en tomo al rol del estado en la economía.
La terquedad de ciertas políticas económicas en los 20' - característicamente, el intento de Churchill por regresar a la paridad de la libra con el oro en 1925 a los valores de preguerra y la ineficacia de las autoridades de los Estados Unidos para enfrentar la crisis de 1929 - favoreció la tendencia a formular exámenes heterodoxos. A los ya citados, debemos agregar las ideas postuladas en 1942 por Rosenstein - Rodan, sobre la necesidad de impulsar el desarrollo de las economías atrasadas a través de una inyección de capital - big push -- que articulara armónicamente distintos sectores de la producción. Esta trayectoria es completada por el estonio Ragmar Nurske, quien expone en 1955 su teoría del círculo vicioso: la falta de capital se presenta no como un dato aislado, sino como el eslabón de una cadena en el que: "Del lado de la oferta está la poca capacidad de ahorro, que resulta del bajo nivel de ingreso real. El escaso ingreso real es un reflejo de la baja productividad, que a su vez se debe en gran parte a la falla de capital. La falta de capital es el resultado de la poca capacidad de ahorro y así el círculo es completo” (Nurske, 1955: 18)
En la demanda, encontramos otra encerrona. En palabras de Nurske:
Del lado de la demanda, el estímulo pare invertir puede ser bajo a causa del poder de compra de la población, que a la postre resulta de una baja productividad y que esta es el resultado de la pequeña cantidad de capital empleada en la producción, que a su vez puede obedecer, al menos parcialmente, al pequeño estimulo para invertir. (Nurske, 1955: 24)
Su receta es similar a !a postulada por Rosenstein - Rodan. Es necesario inyectar capital para conseguir el desarrollo en distintas actividades económicas y sectores, logrando el crecimiento balanceado o equilibrado.
El sueco Myrdal, refina el análisis del círculo vicioso de la pobreza y propone romperlo, no mediante la incorporación masiva de capital, sino a través del mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Así, afirma que: "Es obvio que una relación circular integrada por menos pobreza, más alimentos, una salud mejor y una capacidad .mayor para el trabajo, sostendría un proceso acumulativo positivo en vez de negativo.”(Myrdal, 1959: 23)
Al mismo tiempo, Raúl Prebisch postulaba la existencia del centro - periferia y del intercambio desigual para, proponer la industrialización de América Latina a través de la sustitución de importaciones y la diversificación de las importaciones. Por ser la influencia cepalina en Frigerío y sus diferencias suficientemente examinadas, nos conformaremos con esta mención.
Desde fechas tempranas, el fantasma de la influencia de Albert Hirschman sobrevoló el desarrollismo argentino. Su idea del crecimiento desequilibrado, publicada en los años del primer gobierno de Frondizi, conmocionó las estrategias para el desarrollo en América Latina. Examinemos brevemente el pensamiento del economista alemán. Sostenía que “el desarrollo depende no tanto de encontrar las combinaciones óptimas para los recursos y factores de producción, como de provocar e incorporar para el desarrollo, recursos y capacidades que están ocultos, diseminados o mal utilizados". Esta posición condujo a la búsqueda de diferentes mecanismos inductores y movilizadores. La estrategia de crecimiento desequilibrado resultante valora las decisiones de invertir no sólo por su contribución inmediata al producto, sino también por los mayores o menores estímulos, que probablemente dichas decisiones transmitan al aumento de la inversión, es decir, por sus eslabones. La estrategia tiene importantes consecuencias para la planificación de la inversión: propone que las consideraciones dinámicas, basadas en los eslabones, puedan complementar el criterio de eficiencia estática. Así lo expresa Hirschman: “El desarrollo e mucho más difícil de lo que a veces se cree…El desarrollo no depende tanto de saber encontrar las combinaciones óptimas de recursos y factores de producción dados, como de conseguir, en función del proceso, aquellos recursos y capacidades que se encuentran ocultos, diseminados o mal utilizados…La tensión del desarrollo no se encuentra tanto en la pugna entre la ganancia y los costos conocidos, como en la pugna entre al meta y la ignorancia y desconocimiento del camino que conduce a esa meta La planeación del desarrollo consiste principalmente en ir implantando sistemáticamente una serie de proyectos que aceleren el paso. El recurso escaso, e imposible de economizar en los países en vías de desarrollo, es la capacidad de tomar nuevas decisiones de inversión” (Hirschman, 1961)
Hirschman arremete contra el postulado del desarrollo equilibrado tal como lo entienden Nurske y Myrdal por varias razones. En primer lugar, le resulta absurdo que se intente repartir el capital - escaso, por definición, en los países subdesarrollados - entre diferentes actividades. El impacto de la inyección de estos capitales sería mínimo. En segundo término, si se planifica absolutamente todo, no se deja espacio para el desarrollo de la creatividad de los empresarios. El estado debe ir guiando - sugiriendo, más bien - un curso de acción empresaria, no suministrando recetas sino propiciando sectores modernos. Las necesidades de las nuevas actividades, en términos de insumos y la oferta de productos que aparecerían como apetecibles para otros sectores industriales, son los motores del desarrollo.
¿En qué medida estos debates influyeron en el pensamiento de Frigerio? No esperemos una declaración terminante del socio político de Arturo Frondizi. Sin embargo, podemos llegar a deducir estas influencias de su abundante producción escrita. Queda muy claro que el desarrollismo comparte con la escuela de la CEPAL la noción de centro - periferia y del intercambio desigual y que sostiene la presencia del círculo vicioso en los países subdesarrollados tal como la pregonan Nurske y Myrdal. La necesidad de la industrialización, es una convicción compartida con un amplio espectro ideológico político en el plano nacional e internacional. Todas las ideas internacionales del desarrollo, citadas precedentemente, Alejandro Bunge y el peronismo insistieron sobre el particular.
Tampoco es novedosa la apelación al capital extranjero, compartida sin límites por Rosenstein - Rodan y sus sucesores, admitida por Bunge y por los gestores del segundo gobierno de Perón. Por otra parte, el énfasis en !a industria pesada y su prioridad, forma parte en el ámbito nacional del ideario de los militares industrialistas como Savio y en el medio internacional de la acción llevada a cabo por la Unión Soviética desde los años 30', integrando una estrategia planificada de desarrollo.
A pesar de estos claros antecedentes, podemos afirmar que la combinación de estos elementos es novedosa y que el frigerismo se va a diferenciar nítidamente de las experiencias nacionales anteriores y de las propuestas de los teóricos del desarrollo contemporáneos, por lo menos en el énfasis y en el carácter sistemático de sus ideas - fuerza.
Así, en Alejandro Bunge no aparece el apoyo de !a industria pesada y en el peronismo es una estrategia que sucede a la primera etapa de industrialización por sustituciones de importaciones basada en la industria liviana. Coincidimos con Frigerio en señalar que tampoco se trata de una secuencia consciente y coordinada de los gobiernos de Perón. Del mismo modo, la apelación del peronismo al capital extranjero es una alternativa tardía y mucho más limitada que la expresada en el programa desarrollista.
Podemos afirmar casi con certeza que el pensamiento de Frigerio se opone a la estrategia del crecimiento balanceado o equilibrado, tal como se la expuso en los apartados anteriores, en el pensamiento de Nurske o Myrdal. Claramente, la acción del estado - como conductor, no como gestor directo - debe dirigirse a favorecer el surgimiento y consolidación de algunos sectores de la economía. La inyección de capital externo, entonces, tiene que encaminarse hacia la industria pesada y la construcción de la infraestructura energética y de transporte. Esta sugerencia ha inclinado a algunos autores a vincular genéticamente las ideas desarrollistas con el pensamiento de Hirschman, quién tampoco deseaba la diversificación inicial de la inversión y valoraba el respaldo a ciertas actividades estratégicas, como la producción siderúrgica.
Creemos que existen razones de peso para negar esta influencia. En primer término, las declaraciones del propio creador de la teoría del crecimiento desequilibrado: “Cuando Guido Di Tella me invitó a esta conferencia [celebrada en Toledo, España, en mayo de 1984], me dijo que en Argentina muchos piensan que Strategy influyó en la política económica del gobierno presidido por Frondizi. Lo cual fue una gran sorpresa para mí, y me cuesta creerlo. Desde el punto de vista temporal, mi libro se publicó en inglés en el otoño [septentrional] de 1958, y en castellano recién en 1961... Una explicación más plausible es la siguiente: derivé mis ideas sobre industrialización en los países en vías de desarrollo de las experiencias de Colombia y Brasil, podría ser que el Programa de Metas de Juscelino Kubitschek presidente de Brasiil entre 1956 y 1961, haya servido de modelo para Frondizi y Frigerio.(Hirschman, 1984)
Quiere decir que no es posible – desde el punto de vista temporal - que las ideas del economista argentino maduraran después de! contacto con Hirschman. Quizás no tan contundente como las distancias en el tiempo, pero mucho más rico en el debate, resulta marcar otra diferencia significativa entre el pensamiento del alemán y de Frigerio. Nos referiremos al carácter de las nuevas inversiones y sus efectos. En Hirschman, las nuevas inversiones tienen un sesgo innovador, que apela al despliegue de la creatividad empresaria en clave schumpeteriana. La cita siguiente es suficientemente ilustrativa: “En una película inolvidable (El pibe) Charlie Chaplin, desempeñando el papel de vidriero, emplea a Jackie Coogan para que le tire piedras a las vidrieras de las tiendas, después pasa por ahí providencialmente y consigue el trabajo de reparar el daño. Aquí, lo ingenioso del asunto consiste en, combinar, bajo un solo mando, las funciones desequilibradoras y equilibradoras. Desde nuestro punto de vista lo único malo de la historia es el hecho de que la acción desequilibradora es destructiva, en lugar de constructiva... Para ser efectivo, el proceso de crecimiento tiene que comenzar a empujones.” (Hirschman, 1961: 124)
Esa apelación a la creación se encuentra por completo ausente en Frigerio. Cuando éste insiste en el carácter integrado de la economía, se puede observar que los baches o carencias -aunque sean creadores- le producen horror. Los sectores de actuación para el capital privado, no serían sugeridos por el estado; por el contrario, se hallan cuidadosamente determinados, formando parte de un plan global. Según sus propias palabras:
Para que este crecimiento se opere antes de que las tensiones sociales introduzcan factores destructivos en el proceso, los dirigentes de nuestros pueblos- estadistas, empresarios y líderes sindicales - deben concertar programas específicos de desarrollo, que aporten un elemento deliberado y dinámico al proceso natural del crecimiento. Esta programación o planeamiento ha de hacerse en el ámbito interno en primer término, para producir una integración orgánica de los factores nacionales en desarrollo, en el agro y en la industria. (Frigerio, 1983)
La cita no remite tanto a las energías "espontáneamente creadoras" como a los acuerdos del Congreso de la Productividad de 1954 y al accionar de los Consejos Asesores en la Europa de Posguerra.
Lúcidamente, Hirschman había encontrado en el Plan de Metas de Juscelino Kubitschek uno de los antecedentes del frigerismo. El presidente brasileño, convocó a un equipo de técnicos que en la elaboración del Plan establecieron conceptos y criterios para consolidar el dinamismo industrial a nivel nacional. Mediante el concepto de "punto de estrangulamiento interno", o sea, la existencia de ciertas áreas de demanda insatisfecha, procuraba reestructurar sectores que obstaculizaban el desarrollo del resto de la economía, como el sector energético, el de transportes y el de alimentación. El concepto de "punto de estrangulamiento externo" proveyó criterios directos para el planeamiento de la sustitución de importaciones, es decir, estimular sectores y los productos esenciales para el proceso industrial, como es el caso de la industria automotriz, la industria siderúrgica y el petróleo. Así se fijó un orden de prioridades en la lista de importaciones de insumos y equipamientos y el concepto de "polo de germinación" que apuntaba a crear infraestructura en determinadas regiones para posibilitar el desarrollo de otras, como por ejemplo, carreteras, puertos, la ciudad de Brasilia, entre otros.
Al incorporar los planes anteriores de una forma más sistemática y más amplia, se fijaron 31 metas distribuidas en cinco grandes sectores que debía abarcar en el plan: energía (eléctrica y petróleo), transporte, siderurgia, alimentación y educación. Lo nuevo y más importante es que este nuevo tipo de planificación amplió el alcance de los planes anteriores basados en esferas de jurisdicción limitada permitiendo una visión general de la economía brasileña y de la interdependencia de sus sectores.
A pesar de las similitudes de la experiencia brasileña con la propuesta desarrollista argentina, se percibe un costado más economicista en el plan de Frigerio. Además, - y de manera más importante- es necesario destacar que estas ideas ya habían madurado en el asesor de Frondizi previamente. ¿De dónde podría provenir, entonces, el énfasis en la industria pesada y en la construcción de la infraestructura básica de manera planificada?
Contemplando sus antecedentes políticos y su cercanía al Partido Comunista Argentino, seguramente puede sostenerse que Frigerio ha sido impactado por la experiencia de !a Unión Soviética. En sus palabras, mientras: Los Estados Unidos registran actualmente una tasa de crecimiento económico que revela un peligroso estancamiento y (....) las naciones industriales de Europa y Japón están llegando a un punto crítico en relación con la capacidad de absorción de los mercados` (....) La Unión Soviética, que partió hace medio siglo de niveles muy bajos, exhibe actualmente una capacidad de producción inferior a la de los Estados Unidos, pero la curva representativa del ritmo de su crecimiento es considerablemente más enérgica que la de aquél país” (Frigerio,1983: 60)
Más adelante, afirma: “El abismo entre zonas desarrolladas y subdesarrolladas en el campo occidental se ensancha constantemente. En el sector socialista, por oposición se observa la aparición de fenómenos que van configurando el carácter de ley. Se comprueba que el crecimiento se produce en dos sentidos: vertical, partiendo de los rubros de los bienes de capital a los bienes de consumo; horizontal, de los grandes centros a las zonas subdesarrolladas” (Frigerio, 1983: 61-62)
Las únicas prevenciones que le merece el modelo comunista son: la ausencia de democracia, considerada como alternativa indeseable y la necesidad de financiarse exclusivamente con ahorro interno. La segunda objeción es quizás la más relevante para el co-fundador del desarrollismo: es consciente que luego de la experiencia distribucionista del primer peronismo, cualquier estrategia que intentara disminuir el consumo para favorecer el ahorro es inviable. La sugerencia es reducir parcialmente el consumo popular para favorecer la inversión y recurrir al auxilio extranjero.
Conclusiones
En esta nueva aproximación al ideario desarrollista, nos encontramos con múltiples ascendientes que pesaron significativamente sobre la elaboración de sus planes económicos. Así, observamos que Frigerio ha sido apenas rozado por los teóricos del desarrollo contemporáneos, y reconoce otras influencias, tan heterogéneas como peculiares. Quizás tan peculiares como la vida de un empresario inicialmente ligado al Partido Comunista Argentino, que se convirtió en el adalid de una relación estrechísima con los Estados Unidos y de las inversiones extranjeras.
Existe una tensión muy fuerte entre la necesidad de recurrir al capital privado - o público extranjero - para provocar el big push, con el mandato interno frigerista de llenar absolutamente todos los casilleros de infraestructura y de industria básica. El encanto schumpeteriano del primer Hirschman, es reemplazado por un estado que procura lograr por medios algo diferentes lo que había conseguido la Unión Soviética desde la Nueva Política Económica de Lenin. Su fascinación por el modelo soviético de desarrollo lo acerca a otros teóricos productivistas, partidarios de aplicar distintas recetas para promover el desarrollo. Pero su pragmatismo lo impulsa a favorecer el crecimiento dentro de la vía capitalista, dada la ubicación geográfica e histórica de la Argentina, de la Guerra Fría y el claro liderazgo hemisférico de los Estados Unidos.
Por las razones expuestas en los apartados precedentes, podemos concluir que los teóricos del desarrollo no impactaron prácticamente en el desarrollismo argentino, tanto por las cuestiones cronológicas citadas – la producción de Myrdal, Nurske y Hirschman es relativamente tardía – como por las inconsistencias teóricas señaladas.
Bibliografía - Bibliography
FRIGERIO, R., (1983) Crecimiento económico y democracia, Buenos Aires, Paidós.
HIRSCHMAN, A., (1984) Conferencia dictada en Toledo -España- , Julio de 1984 (mimeo)
HIRSCHMAN, A., (1961) La estrategia del desarrollo económico, México, FCE.
LANÚS, A, (1986) De Chapultepec al Beagle, Buenos Aires, Hyspamérica.
MYRDAL, G (1959) Teoría económica y regiones subdesarrolladas, México, FCE.
VERCESI, J., (1999) La Doctrina y la Política Económica del Desarrollismo, AAEP, Bahía Blanca.
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Las raíces ideológicas del desarrollismo argentino: la originalidad de Rogelio Frigerio
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