Técnica

Administrativa


EL TRABAJO DE TESIS


 

 

ORIENTACIONES TECNICAS, ESPECIALMENTE PARA NIVELES DE LICENCIATURA Y MASTER EN AREAS DE CIENCIAS DE LA ADMINISTRACION Y CIENCIAS SOCIALES

Hilario Wynarczyk, M.A.- Agosto del 2001
El autor es licenciado en sociología y máster en ciencia política. Profesor de metodología de la investigación. Investigador de sociología de las religiones evangélicas en la Argentina.
Email: hilariowynarczyk@ciudad.com.ar

Consejos de estilo

La inteligibilidad de un texto depende en parte de la extensión que le asignamos a las frases y los párrafos.

En los libros de redacción encontramos recomendaciones prácticas que nos conviene seguir en cuanto a la extensión de las frases y los párrafos:

  1. Escribir frases de no más de 20 palabras.
  2. No escribir más de 5 frases dentro de un párrafo.
  3. Procurar que la extensión de los párrafos no supere las 100 palabras o 20 líneas.
  4. Escribir 3 a 8 párrafos por página.

Complejidad de las frases. El uso de incisos

Debemos tender hacia las frases simples, concisas y vinculadas a un solo tópico, y a utilizar la estructura basada en la secuencia sujeto, verbo, objeto. Eso es una especie de principio general o enunciado ideal.

Sin embargo, una frase puede dividirse en incisos que expresan secuencias de ideas separadas mediante comas u otros signos de puntuación débiles.

En los escritos de naturaleza científica y técnica, los que a nosotros más nos preocupan, suele ser aconsejable usar pocos incisos, de acuerdo con nuestro principio general enunciado en primer término. Sin embargo no debemos caer en el otro extremo, exagerando el empleo de técnica de redacción. Por el contrario, debemos tener en cuenta, preferentemente a la hora de revisar un texto, la importancia de los períodos internos de las frases como dispositivos para darle matices y movimiento.

Buscando un texto legible

El valor comunicacional de lo concreto. Las palabras concretas y simples contribuyen a desarrollar la claridad de la expresión. El uso de palabras concretas y simples no es el problema dominante cuando escribimos el texto por primera vez, en ese momento somos libres para escribir de cualquier manera. Cuando las ideas ya se encuentran bastante fijadas en un borrador podemos preocuparnos por mejorar el estilo en función de la claridad y el punto de vista del lector. Si tratamos temas abstractos podemos hablar de cosas concretas mediante metáforas o figuras.

La importancia de los verbos. La acción contribuye a la comprensión en la medida en que despierta el interés del lector. Si nos proponemos incrementar el nivel de legibilidad debemos procurar que el texto resulte lo más activo posible por medio del empleo de verbos, por ejemplo un verbo cada cinco o siete palabras. Ese cálculo ilustra un principio general bastante útil a condición de que lo usemos con sentido común. Dentro de la regla práctica entran también los verbos que expresan procesos o movimientos subjetivos de la mente.

Los sujetos tangibles. Una dimensión del carácter dinámico del texto depende de la manera en que situamos los sujetos en relación con las acciones. Las construcciones con sujetos que ejecutan acciones (la municipalidad distribuyó libros de lectura), son mejores que las construcciones con sujetos pasivos (los libros fueron distribuidos por la municipalidad). Los actores velados por el propio texto son peores para la comprensión completa de lo que uno expresa, como en este ejemplo, se dijo a medianoche que el ministro no vendría. No sabemos quién dijo que el ministro no vendría.

Tono personal e impersonal. Podemos contribuir a la legibilidad del texto haciendo que su lectura resulte más variada mediante matices que dependen del uso alternativo de formas impersonales y personales, en cuyo caso es útil apelar a construcciones con un sujeto neutro (ejemplo: durante la investigación hemos descubierto más datos de los que esperábamos al consultar a los expertos, pese a que en el proyecto original se dijo que había poca información). Con el mismo criterio podemos decir, por ejemplo, cosas como en este texto me propongo, y otras veces como hemos expresado en el capítulo 1, alternando la primera persona en singular y en plural. En este caso conviene elegir un criterio predominante (hablamos en primera persona singular o plural) y usar el otro criterio como alternativo de tanto en tanto. Algunos profesores les piden a sus alumnos que usen las formas impersonales, aquí se sostiene, aquí se ha dicho, pero por lo expuesto anteriormente, yo recomiendo lo contrario, dejando esas formas de construcción para matizar periódicamente la escritura.

Los marcadores textuales. Algunos ejemplos de marcadores textuales son los siguientes: asimismo, no obstante, sin embargo, pese a todo, en medio, por una parte, por otra parte. Los marcadores textuales también ayudan a la legibilidad permitiendo que el lector nos acompañe mejor. Estos marcadores son expresiones que actúan como engarces entre diferentes ideas, incisos, frases y párrafos.

La influencia estética. La legibilidad se relaciona con la claridad del texto pero también con su apelación desde el punto de vista estético. Si el texto es claro pero gris (gris claro) funciona como un texto menos legible que un texto que además de claro es agradable, dinámico, matizado.

Con un criterio afín al anterior, debemos explotar el manejo de la parte gráfica, el uso de subtítulos, palabras o partes marcadas en negrita o subrayadas, etcétera. Para este fin las computadoras nos ofrecen una gran ayuda que no debemos desaprovechar.

Conviene colocar las estadísticas y gráficos dentro del texto, no en apéndices, y después de haber seleccionado solamente los materiales más interesantes y más simples en su factura. En caso de usar apéndices, conviene que tengan poca información.

Sitio relevante para la idea relevante. Es importante situar los datos principales en los sitios más relevantes del texto. Guiándonos por ese criterio topográfico en la redacción de los párrafos, podemos establecer como principio práctico, que la idea que gobierna un párrafo debe aparecer al comienzo del párrafo. Y de igual manera, es recomendable colocar el verbo o la expresión verbal más importante al principio del párrafo.

Desde dónde escribimos. Debemos tener (y dejar) claro nuestro propio punto de vista, el lugar desde el cual hablamos. Siempre escribimos desde un punto de vista o una perspectiva. Ese punto de vista o perspectiva debe mantenerse a lo largo del texto. Tal principio no va contra las posibilidades de heterogeneidad interna de un texto. Lo que se trata de resaltar es la idea general de mantener cierta coherencia básica en la cuestión del ángulo, la posición desde donde hablamos y que de alguna manera puede llegar a variar internamente pero de acuerdo con ciertos criterios. El hecho de que tengamos un punto de vista no va contra el hecho de que podemos calibrar el estilo o algunas características expresivas en función del tipo de lector o los efectos que buscamos.

Escritura y sociedad. Es esencial partir de la comprensión del texto como una relación social entre dos partes, escritor y lector. Quienes van a leer (él, ella) son algo así como los clientes del texto. Debemos entender y tener en cuenta sus puntos de vista, debemos saber a quién nos dirigimos y calibrar las herramientas para movernos en la dirección adecuada. Al comienzo de un texto generamos la expectativa de que vamos a ofrecer algo de determinada manera, y el texto debe guardar coherencia con lo que resulta, de hecho, un contrato con el lector.

Esta recomendación debe ser puesta en perspectiva. Se origina realmente en personas preocupadas por la calidad de la redacción en el campo de la narrativa literaria, donde el autor necesita crear un tipo de contrato específico con el lector. Nosotros estamos pensando en la redacción científico-técnica, y, en consecuencia, hay diferencias muy importantes. Sin embargo, la idea general del contrato y el hecho de tomar en cuenta al lector, siguen siendo criterios vigentes. Aun si pensamos que los lectores serán profesores que conformarán un jurado. Hecha esta salvedad acerca de la orientación mayormente literaria del criterio expuesto, podemos ver lo que Borges dice al respecto, comentando la novela policial Las Ratas, de José Bianco, en el prólogo a la primera edición (1943). Dice Borges, Las Ratas "es de los pocos libros argentinos que recuerdan que hay un lector: un hombre silencioso cuya atención conviene retener [...] cuya amistad es necesaria, cuya complicidad es preciosa".

Aquí el estudiante debe observar que hay dos corchetes y unos puntos suspensivos. Eso indica que cuando hice la cita textual, suprimí una parte del texto original.

El manejo de la bibliografía

Nos limitaremos a exponer soluciones básicas mediante el sistema de autor y fecha.

La bibliografía es una lista de textos ordenados alfabéticamente por nombre de autor. Veremos cómo se escribe cada referencia.

A. PASOS PARA HACER LA REFERENCIA DE UN LIBRO

La referencia quedará finalmente de esta manera:

ECO, Umberto. 1991. Cómo se hace una tesis. Técnicas de investigación, estudio y escritura. Barcelona, Gedisa.

Apellido del autor en mayúscula seguido de coma. ECO,
Nombre seguido de punto. Si tiene otros nombres escribimos las iniciales. Umberto.
Año de la edición seguido de punto. Cuando es importante hacer notar la fecha de la edición original suele incluirse precedida por las letras e.o., abreviaturas de edición original, de esta manera: 1991 (e. o. 1932). 1991.
Título en minúscula seguido de un punto, en negrita. También puede ir subrayado o entre comillas en vez de negrita. Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de investigación, estudio y escritura.
Nombre de la ciudad donde editaron el libro seguido de coma. Barcelona,
Nombre de la editorial sin poner la palabra editorial Gedisa.

B. PASOS PARA HACER LA REFERENCIA DE UN ARTICULO

PUBLICADO EN UN LIBRO

La referencia quedará finalmente de esta manera:

CAMPBELL, A. A. y KATONA, G. 1966. El survey: una técnica para la investigación en ciencias sociales. In: Festinger, L. y Katz, D. (editores), Métodos de investigación en las ciencias de la conducta. Madrid, Aguilar.

Autores. En este caso hemos abreviado los nombres. CAMPBELL, A. A. y KATONA, G.
Edición. 1966.
Título. El survey: una técnica para la investigación en ciencias sociales.
In (significa en), seguido de dos puntos. In:
Autores del libro donde aparece el artículo, seguido de coma. Ahora usamos minúsculas. Festinger, L. y Katz, D. (editores),
Título del libro en cursiva. Métodos de investigación en las ciencias de la conducta.
Ciudad. Madrid,
Editorial. Aguilar.

Nota: En este ejercicio se han modificado los datos para aumentar la claridad. El libro original apareció en inglés, en Nueva York, editado por Holt, Rinehort y Winston.

C. ARTICULOS EN REVISTAS ACADEMICAS

EJEMPLO I

La referencia quedará finalmente de esta manera:

LIKERT, R. 1932. Una técnica para la medición de actitudes. In: Archivos de psicología, 140.

Autor LIKERT, R.
Año 1932.
Título Una técnica para la medición de actitudes.
In: In:
Revista, en cursiva Archivos de psicología,
Número de la revista 140.

Datos originales en inglés.

EJEMPLO II

La referencia quedará finalmente de esta manera:

LUCONI, F. L., MALONE, T. W., y SCOTT MORTON, M. S. 1986. Sistemas expertos: El próximo desafío para gerentes. In: Revista Sloam de gerencia, 27 (4).

Autores LUCONI, F. L., MALONE, T. W. Y SCOTT MORTON, T. W.
Año 1986.
Título Sistemas expertos: El próximo desafío para gerentes.
In: In:
Revista, en cursiva Revista Sloam de Gerencia.
Número de la revista 27 (4) – significa año o volumen 27, número 4.

Datos originales en inglés

Cómo ubicar las referencias bibliográficas dentro del texto

Ahora veremos cómo referirnos al material bibliográfico dentro del texto. Veremos:

-citas textuales y

-citas latentes.

En ambos casos aplicaremos la técnica del nombre del autor, año y número de página, encerrados entre paréntesis. Ejemplo:

(Eco, 1991: 40).

1. INTRODUCIMOS UNA CITA TEXTUAL

Los cursos doctorales están pensados básicamente para una dedicación de tiempo completo a la producción de la tesis por más de un año. ¿Qué hace un estudiante de letras que trabaja y dispone de recursos insuficientes? Posiblemente es válida la siguiente respuesta: "También puede existir una buena tesis de seis meses. Los requisitos de la tesis de seis meses son: (1) el tema tiene que estar delimitado; (2) el tema, a ser posible, será contemporáneo, para no tener que ir a buscar una bibliografía que se remonte hasta los griegos; o bien tiene que ser un tema marginal sobre el que se haya escrito poquísimo; (3) los documentos de todo tipo tienen que estar disponibles en una zona restringida y serán de fácil consulta" (Eco, 1991: 40). La posición de Eco implica un cambio de estrategia, buscar un problema más económico.

Lo que aparece entre paréntesis indica que la cita procede de la página 40 libro de Eco editado en 1991. En la Bibliografía debe figurar la referencia:

ECO, Umberto. 1991. Cómo se hace una tesis. Técnicas de investigación, estudio y escritura. Barcelona, Gedisa.

2. SUSTENTAMOS

UNA IDEA EN LO QUE DICE OTRO

(CITA LATENTE)

El concepto de cursos doctorales proyectados para estudiantes que podrán dedicarse todo el tiempo a escribir la tesis a lo largo de un año limita las chances a los estudiantes que trabajan o tienen familia. Sin embargo las universidades podrían pensar estrategias de tesis para estos casos. (Eco, 1991: 39-41).

Los números indican que expresamos un pensamiento basado en las páginas 39 a 41 del libro de Eco editado en 1991.

En la Bibliografía escribimos:

ECO, Umberto. 1991. Cómo se hace una tesis. Técnicas de investigación, estudio y escritura. Barcelona, Gedisa.

Una variante combina el sistema de autor y fecha con el de citas numeradas remitiendo al pie de página los datos que colocamos entre paréntesis en el texto. Por ejemplo así (ver la nota 7). Otro ejemplo continuaría así (ver la nota 8). Otro ejemplo continuaría así (ver la nota 9).

Para citar dos o más trabajos de un mismo autor producidos en el mismo año (digamos, en 1995) es usual la repetición del año seguido de letras ordinales minúsculas:

ALONSO, José. 1995 (a). Escribimos la referencia del primer trabajo que publicó Alonso en 1955.

ALONSO, José. 1995 (b). Escribimos la referencia del segundo trabajo que publicó Alonso en 1955.

Si no sabemos cuál publicó primero, los ponemos en el orden que preferimos.

También suele sustituirse la repetición del apellido y nombre del autor por una raya en esta forma:

ALONSO, José. 1995 (a)

____________ .1995 (b).

Hasta aquí quedan establecidas orientaciones básicas de uso bastante generalizado. De todas maneras conviene contar con un libro de consulta para resolver problemas sobre la marcha y profundizar el conocimiento de cómo manejar la bibliografía. Los libros recomendados anteriormente brindan un tratamiento exhaustivo y didáctico; reiteramos los títulos:

FRAGNIERE Jean-Pierre. 1996. Así se escribe una monografía. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica. Expone los sistemas más usuales, autor y fecha y citas numeradas.

ECO Umberto. 1991. Cómo se hace una tesis. Barcelona. Gedisa. Expone detalladamente el sistema de autor y fecha. Es un texto famoso.

También se recomienda observar el manejo de las referencias bibliográficas en libros y revistas académicas editados recientemente para tomar contacto con ejemplos reales. Las revistas académicas incluyen las condiciones que solicitan para la exposición de la bibliografía en los artículos.

 
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